La compleja sencillez del ME al WE

February 28, 2023

Dicen que “en casa del herrero cuchara de palo”, y es que a veces se nos da de maravilla enseñar conceptos, ponernos en el rol superior de profes y soltar una preparada algarabía de cómo gestionar equipos, de cómo transformarlos, de cómo ayudar a sus integrantes a mejorar sus comunicaciones para que no decaiga la motivación, las ganas y la cuenta de resultados siga sumando triunfos.

¿Qué ocurre cuando aplicas lo que instruyes? ¿Qué ocurre cuando experimentas en casa lo que enseñas en la calle?  ¿Qué ocurre cuando en una empresa como AMAGI donde la palabra transformación está en su ADN decide reunir a todos los integrantes de su equipo? Ocurre la MAGIA.

Y MAGIA no es ese instante pasajero donde se siente que todo fluye. MAGIA es llevar a cabo una reunión donde la comunicación, la creatividad y la colaboración son los tres pilares motores. Pilares que se hacen visibles como resultado de un trabajo constante, de un interés genuino y de una honestidad que cierra como lazo decorativo cada una de las acciones.

Era viernes, doce de la mañana y en el orden del día, había varios asuntos a tratar, asuntos informativos, otros algo más técnicos que necesitaban una solución y finalmente un punto importante; la bienvenida al equipo de una colaboradora.

Usamos para llevar a cabo la reunión como en todas nuestras reuniones el modelo de “Roles delegados” de Alain Cardon, una metodología para dinamizar los encuentros basado en la distribución de roles. Cuatro de los integrantes de la reunión tendrían un papel fundamental dentro de la misma. Así pues, quedaron asignados el rol del facilitador, el empujador de decisiones, el marcador del tiempo y el co-coach. Al principio la mera explicación del modelo puede ser engorroso, porque estamos acostumbrados a hablar y hablar y salir de reuniones con la misma sensación con la que entramos. Integrar este modelo, supone que cada uno de los participantes tiene el propósito de hacer que la reunión haya merecido la pena y eso se traduce en la instauración de decisiones y de planes de acción a los que poder dar seguimiento y que por supuesto irán cambiando el rumbo de la propia empresa.

Cuando se dieron por finiquitados los asuntos más informativos y técnicos y pasamos a la presentación de la nueva colaboradora, esta hizo al equipo una pregunta sencilla y como decimos en coaching, “poderosa” y fue la siguiente:

¿Qué es lo que más os gusta de este equipo?

¿Cuántas veces detenemos relojes y hacemos este tipo de preguntas en las reuniones?  ¿Cuántas veces nos ponemos a pensar en qué nos gusta del equipo en el que trabajamos? Y mejor aún ¿Cuántas veces tenemos el coraje, la libertad y el sentimiento de encontrarnos en un entorno seguro para verbalizarlo?

Pues bien, como he dicho, esta pregunta poderosa desató varios aspectos:

1.   En primer lugar, todos ganamos autoconocimiento, porque todos recibimos la mirada apreciativa del compañero. Nos dijimos lo que nos gusta de cada persona que conforma AMAGI. Salimos reforzados no solo anímicamente sino como profesionales porque no hay nada más satisfactorio que entender que la persona con la que pasas tiempo, inviertes energía y resuelves problemas no solo te mira, sino quete ve.

2.   Se asentaron los principio y valores de la compañía. Normalmente los valores aparecen registrados en todas y cada una de las páginas Web pero en la mayoría de las ocasiones los trabajadores de una empresa no se los saben. Desconocen pues, el core que hace latir cada decisión. En esta ocasión se repitieron conceptos tan potentes e integrados como; competencia, generosidad, humildad, esfuerzo, diversión, empatía, diversidad, libertad, capacidad de adaptación, construcción de entornos seguros y claridad en las comunicaciones.

3.   Además, se instauraron dos preguntas que serán la antesala de cada decisión que se tome, para que la ejecución de la misma tenga más sentido, se vista de excelencia y proporcione un equilibro sano y necesario entre los resultados yl as personas:

a.     ¿Cómo puedo hacer esto que tengo entre manos un poquito mejor? Pregunta orientada a resultados.

b.    ¿Cómo esto que tengo entre manos nos puede hacer sentirnos más felices? Pregunta orientada a personas.

4.    Valores, preguntas que reten cada acción que se deba ejecutar y necesidades. Y es que, en esa reunión de apenas una hora y media, también aparecieron las necesidades del equipo. Una de ellas, el reconocimiento. Se llegó a la conclusión que un buen reconocimiento es gasolina para seguir adelante. Es ese combustible que no solo te saca una sonrisa momentánea, sino que además aterriza lo que sí has hecho bien para quela conciencia de esas acciones se convierta en una habilidad integrada.

5.    Finalmente, como superhéroes de Marvel dejamos instaurada nuestra gran herramienta para ser un poquito mejores. El feedforward, ese comentario, pensado y analizado que te expone como sugerencia lo que podrías de hacer mejor en la próxima reunión y con ello, el beneficio personal que podrías obtener para ti como persona y el beneficio colectivo que recogería con dicha mejora el propio equipo.

¿Qué es lo que más os gusta de este equipo?

Una pregunta sencilla y poderosa que nos empujó a vivir lacompleja sencillez del ME al WE.

Y es que en AMAGI, somos expertos en transformar equipos, en construir y asentar los valores de las empresas, en implantar “los roles delegados”, en la creación entornos seguros donde la comunicación, la creatividad y la colaboración sean los pilares del día a día… y ese expertise viene de que nosotros como equipo, nos gusta vivir “Work in progress”.