STOP and GO

October 31, 2022

STOP and GO

Era nuestra segunda sesión de coaching, minuto 26 de la misma, los 25 minutos anteriores los habíamos dedicado a viajar por los triunfos de mi clienta. Grandes triunfos a nivel profesional. Galardones nacionales e internacionales. Subidas de sueldo. Escaladas de coche, cada tres años uno mejor que el anterior. Por supuesto hablamos de las promociones, de como empezando casi como la chica de los recados, fue escalando con esfuerzo, inversión de tiempo y motivación de puesto en puesto, a ser jefa de casi todas las áreas posibles. Esos 1500 segundos también tuvieron como protagonistas a sus hijos, su marido, sus padres, ya mayores…

Hablando y hablando le pregunté ¿Si tu vida fuera un juego de Trivial cuánto peso tendría el quesito dedicado al ámbito profesional? 70% trabajo versus 30% vida personal con todo lo que ello supone.

Y entonces llegó la gran pregunta. Una pregunta llamada por algunos coach “la pregunta poderosa” que no es otra cosa, que la pregunta que podría hacerte una amiga, tu madre, tu pescadero o el recepcionista de cualquier hotel, que sin esperarlo te frena en seco, y te hace reflexionar…

Y entonces ¿Qué necesitas?

  • Necesito parar
  • ¿Para qué necesitas parar?

Hay un concepto en Fórmula 1 que se denomina STOP and GO y que significa que el piloto debe entrar en boxes y realizar una parada obligatoria de 10 segundos, en los cuales el equipo no podrá realizar ningún ajuste en el vehículo. Una vez transcurridos esos diez segundos, el coche podrá reincorporarse a la carrera.  Yo necesito un STOP and GO en mi vida, porque necesito cuestionarme. Necesito reflexionar sobre ¿Cuánto poder le estoy otorgando a mi trabajo? ¿Cuánta energía estoy empleando en la siguiente promoción? ¿Cuánto dejo que mi profesión defina mi esencia? Y después ¿Qué? Tengo 55 años, mis padres están mayores, mis hijos creciendo, hace años que no tengo una cita con mi marido, ¿el deporte? pasó a mejor vida y ¿y yo? Sé perfectamente qué dice en mi tarjeta de visitas, podría escribir un dossier repleto de todas y cada una de las actividades comerciales de nuestra empresa, me sé al dedillo, las ganancias trimestrales y las próximas inversiones. Conozco a todos y cada uno de los directores de zona, y podrían ser parte de mi familia mis más de doscientos clientes, pero ¿Y yo?

¿Cómo saber que necesitas un STOP and GO en tu vida?

Vivimos en mundos frenéticos donde la mañana se enlaza con la noche y solo has estado delante de la pantalla de un ordenador, o solo has estado repartiendo, o solo has estado recogiendo ropa en un probador o solo has contestado 1500 llamadas a extraños o solo…

  • Pregúntate ¿Cómo se pasan tus días? Si llega el viernes y entras en estado de euforia porque ¡Por fin es viernes! Y podrás arrasar esta noche. Un desenfreno necesario ante tanta vida donde el trabajo es el pilar del día a día. Y luego llega el domingo y una micro depresión te deja postrado en el sofá viendo las películas alemanas de la 3, triste y comiendo con ansiedad demasiada azúcar para tapar el mañana, un lunes donde la carga es más pesada que la que tus hombros desean soportar.
  • Pregúntate cuántas veces cancelas tu clase de pádel, tu café con amigas, tu cita con el dentista, tu relación con esa almohada de 300 euros que cada vez se acorta en horas. De 8 a 6 horas y estos últimos meses tus encuentros con ella son de apenas cuatro horas y media…
  • Pregúntate cómo es tu humor. “Siempre he sido una persona optimista” en cambio, las personas de mi alrededor en la última evaluación me ven triste y cabizbajo. Me siento saturada, irascible y pago mis frustraciones, mi falta de tiempo para conmigo con mi gente cercana. Sonrío al cliente y grito en casa”.
  • Pregúntate cómo son tus pensamientos y cuáles de ellos se repiten. Pensamientos que susurran quizás lo que todavía no has conseguido, lo que todavía no has vivido, lo que todavía no has sentido, lo que todavía no has experimentado… ¿Cómo cambian tus pensamientos si duermes, si paseas, si disfrutas tu tiempo en familia, si coges la bicicleta y te pierdes por ese pinar cercano a tu casa? ¿Notarías diferencia?
  • Pregúntate cómo hablas. ¿Eres de los que hace preguntas cerradas que solo buscan un SÍ o un NO como respuesta? “¡Claro!, necesito ese sí o ese no, para seguir avanzando en la actividad que tengo entre manos, no tengo tiempo de que la otra persona me desarrolle un qué, un cómo y un para qué… Eso supone tiempo, y tiempo es espacio para ejecutar, solucionar, dar respuesta a los distintos problemas que se suceden.”

Y ¿Cómo sabes que estás dando la mejor respuesta si no paras y escuchas ese qué, ese cómo y ese para qué de tu compañera, tu marido, tu hijo… que quizás y digo quizás te pueda arrojar otras realidades que enriquezcan la futura solución a esa tesitura que ahora es solo un algo que resolver?

  • Pregúntate cuánto sostienes los silencios. Porque los silencios incomodan cuando nuestra cabeza está tan embrollada que no tiene tiempo de tirar del hilo. Tirar del hilo es soportar el silencio y visualizar nuestras necesidades con perspectiva, es mirar a la otra persona y sin hablar comunicarte, es poder dejar espacio para que la respuesta llegue cuando tenga que llegar sin forzar, sin llenar la nada con palabras que solo rozan la superficie y dejan en el aire la raíz de nuestras emociones.

Y si alguno de los puntos te resuena y te encoge el estómago provocándote en primer lugar rabia, después frustración y seguramente un poso de tristeza, estás a tiempo de regalarte un STOP and GO. Basta con dedicarte tiempo de calidad en hacer aquello que más te gusta. Cocinar, leer, escribir, montar en bicicleta, respirar el aire de las montañas con una ruta de senderismo, ver el amanecer en la playa que tienes a diez minutos de casa y que solo pisas “de pascuas a ramos” … Y cuando empiecen los juicios y cuando vengan esos pensamientos detractores que sibilinos te recuerdan que estás perdiendo el tiempo, respira y pregúntate qué estás sintiendo mientras cortas la cebollita para esa paella, cuánto ríes o lloras con esa novela, cómo es la textura de ese cuaderno donde estás relatando la mejor historia de tu vida, cómo golpea la suave brisa en tu rostro con cada pedaleo, y cómo notas las gotitas de sudor en tu nuca subiendo esa empinada cuesta que te regalará las mejores vistas del otoño. En definitiva, vuelve a tu presente, eres tú el capitán de la nave y puedes elegir el valor, la calidad y el merecimiento de tu STOP and GO.

En Amagi somos creadores de presentes y si el tuyo necesita un STOP and GO nosotros te acompañamos a conseguir la mejor fórmula.