Un grupo lo forman personas que tienen un objetivo común y alta motivación individual para lograrlo, sin embargo, un equipo lo componen personas con un objetivo compartido y que tienen la motivación de lograrlo juntos.
La diferencia es abismal si tenemos en cuenta que el capital humano es el valor más importante que tenemos en las empresas. Si creamos equipo ese capital será mucho más valioso porque seremos mucho más que la suma de los individuos que lo componen y podremos lograr resultados que los individuos no pueden conseguir solos.
Construir un equipo cohesionado es difícil, pero no es complicado. De hecho, la sencillez es crucial porque necesitamos agilidad para crear rápidamente equipos que trabajan en proyectos limitados en el tiempo. Es importante aprender a “hacer equipo” y para ellos hay que saber transmitir el propósito que hay detrás de los objetivos, ser transparentes, generar confianza como líderes.
Cuando sabemos transformar un grupo de individuos con distintas competencias técnicas y emocionales y formar un auténtico #oneteam con resultados y relaciones extraordinarios el grado de satisfacción personal aumenta. Por eso, la gestión efectiva de los equipos se traduce en proactividad, resultados y en un ambiente óptimo porque sentirse parte de un equipo es sentirse parte de un proyecto común.
Isabel Juárez
