El arte de Motivar: de mí para el resto

June 6, 2023

Hola soy Paula, abogada. Tengo 48 años y si me preguntas cómo soy… Soy una persona activa, ambiciosa, que siempre ha buscado nuevos retos profesionales, que no ha tenido miedo de coger y dejar trabajos si éstos no cuadraban con mis intereses económicos o mis propios valores personales. Que aun estando embarazada pude sacarme mi doctorado. Trabajo para tres universidades y un despacho internacional que después de tres años saliendo de media a la una de la mañana ha decidido poner fin a nuestro contrato y en veinte días estaré inscrita en las listas del paro. Y no, lo peor no es el despido, que si te soy sincera me ha dañado los primeros días en los más profundo de mi ego. Lo peor es el vacío inmenso que veo más allá de mi último día profesional. Un vacío que ahora no me apetece llenar. Siempre he tenido respuestas, siempre he sabido sacar la cabeza del agujero, siempre he sabido qué hacer y me he sentido un espíritu incansable con respuestas para todo o con energía para indagar aquello que era lo más apropiado para mí en cada momento y ahora… No encuentro la motivación, la chispa que me empuje a accionar, ese impulso mágico que viene cargado de respuestas ¿Cómo puedo motivarme?

 

Hola soy Emma, soy directora de una empresa de servicios y tengo un equipo de 15 personas. Entre ellos hay gente de varias edades. Están los becarios, llenos de ganas y energía con ímpetu por aprender y luego está el resto. Un grupo variado de distintas edades, donde hace unos años los había motivados, emprendedores y autónomos. Y ahora… ahora parecen todos bañados del mismo gris. Todos vienen a trabajar con sus caras largas, sus respuestas reactivas ante cualquier petición, sus: ¡A mí no me pagan para esto!, o ¡si quieres que eche cinco minutos más, me pagas un extra! o ¡vengo aquí a trabajar no a solucionar problemas personales!... En resumen, siento que vivimos en un ambiente donde la queja es la protagonista. Donde el victimismo y el derrotismo son los timones de nuestro día a día. Tengo un equipo desmotivado, que no es consciente de su potencial y que éste se diluye cada vez más en una nebulosa de críticas poco constructiva y escasamente productiva. ¿Cómo puedo motivarles?

Paula y Emma son dos ejemplos de personas que buscan un algo que les sirva para encender la mecha de la motivación.

La motivación esa palabra que habla de la “causa del movimiento” puede ser según Management 3.0 intrínseca o extrínseca.

La motivación intrínseca se refiere al comportamiento que se desencadena desde el interior de una persona. La persona busca en su propio interior para accionar hacia el exterior, es decir aquello que te eleva a la autorrealización y a la propia satisfacción. En el presente actual, donde todo hay que vivirlo al máximo, donde cada día surgen nuevos retos, donde el tiempo parece ser una quimera insatisfactoria ya que el número de actividades por hacer supera con creces al número de horas que recoge un día… estar perdido, desmotivado, cansado o incluso triste como en el caso de Paula, no es una opción.

·       La primera propuesta para hallar la motivación intrínseca podría ser darse espacio. Es decir, ser coherente con nuestro cuerpo y nuestras emociones en un momento puntual, donde todo nos pide PARAR. Y claro, parar asusta, porque parar supone dejar de poner tiritas a través de la acción y visualizar los motivos que nos han llevado a saltarnos por encima, a accionar sin objetivo, a producir sin ningún tipo de reglas o de autocuidado.

 

·       Cuando estamos en ese estado yermo, donde nada nos satisface, otra opción para hacernos vibrar podría ser apostar por rutinas saludables. Comer sano, hacer deporte de forma regular y lo más importante rodearnos de personas cuyas charlas sean positivas, con luz, con buenas vibraciones.

·       Autocuidado también es una palanca para recargar pilas. Un masaje, un paseo al atardecer, un helado cualquier lunes por la tarde, un libro que te rete el intelecto o te lleve de viaje a otra época. Y descansar. Y cuando decimos descansar hablamos de dar al OFF de tu YO de lunes a viernes, de ese YO productor, solucionador de problemas y borrador de incertidumbres.

La motivación extrínseca, tan ansiada por Emma, es aquella que procede de elementos externos que pueden convertirse en palancas para que las personas actúen de una forma más o menos comprometidas con el objetivo que se pretende alcanzar. Mucha gente cree que el dinero, que es uno de los elementos por excelencia que potencian la motivación extrínseca, porque se trabaja por un salario. Pero lo cierto es, que el dinero no propicia la motivación, lo que hace es agudizar la sensación de satisfacción y según algunos estudios, esta sensación de satisfacción solo dura tres meses, hasta que acomodamos nuestros nuevos gastos a nuestra nueva realidad económica.

A la pregunta de Emma de ¿cómo motivar a mi equipo? Contestamos con otra pregunta, ¿qué elementos hacen peligrar la motivación individual y colectiva? por poner algunos ejemplos: la falta de propósito en las carreras profesionales, la escasa variedad de actividades a lo largo de la jornada, fomentar ambientes donde las faltas de respeto son una constante, las injerencias en la vida personal enviando email o llamando fuera del horario laboral o en períodos estivos, la no conciliación, la falta de estímulos y retos para descubrir nuevas habilidades y fortalezas, el sentir que no generamos impacto positivo en la vida de terceros…

Management3.0 expone que; “No podemos motivar a las personas, pero sí podemos crear un sistema donde la gente pueda estar motivada”. Es por ello, que existen elementos que pueden construir ese sistema donde la motivación se respire y son; los reconocimientos, por ejemplo, convertidos en detalles. No como algo rutinario, pero sí alabando lo excepcional. Todos a lo largo de un año, creamos, hacemos o elaboramos planes, estrategias, objetos, reuniones excepcionales…, que si las damos por hecho, difuminan la sonrisa del creador. Acontecimiento que tratamos con normalidad, porque igual “les pagamos para ello” pero ahí en la escasa capacidad de sorprenderse desdibujamos energías, ganas y posibles superaciones. Detalles personalizados como una buena pregunta, un feliz cumpleaños, una comida, una tarde libre…

Otro aspecto importante es la creación de un buen ambiente de trabajo, con horarios saludables, con preguntas personales, con reuniones productivas, donde todos sean participantes para que todas las opiniones cuenten y tengan su espacio. Sentir que dejas una semilla allá donde estás es abono para generar las mejores flores. Porque cuando un colaborador personaliza los propósitos empresariales será capaz de poner el alma, la mente y el corazón.

En AMAGI, somos expertos en crear, incorporar y adaptar aquellos elementos que favorezcan sistemas de trabajo que ayuden a motivar. Haciendo que la motivación no sea un elemento puntual, sino la gasolina del día a día para ir siempre “increscendo”.

¿Te apuntas?