Comunicación no violenta

December 27, 2021

Cuando hablamos de una conversación violenta, ¿qué te viene a la cabeza? Lo primero que solemos pensar es en una conversación conflictiva, en la que probablemente se escuchen malas palabras e incluso se aprecien malos gestos, pero el concepto de comunicación violenta va más allá.

Llamamos comunicación violenta a todo acto comunicativo que, bien por lo que decimos o no decimos o lo que hacemos o no hacemos, lleva a nuestro interlocutor a cerrarse, a alejarse de nosotros, aunque nuestra intención no sea causar ese efecto. Por el contrario, la Comunicación no violenta es aquella que nos acerca a nuestro interlocutor porque, a través de lo que decimos e incluso de lo que no decimos, le hace sentir que nos importa.

La Comunicación no violenta -CNV- es un proceso de comunicación y mediación desarrollado por Marshall Rosemberg a inicios de los años sesenta. Aprender a comunicarnos de esta forma no violenta tiene un efecto búmeran, porque cuando nuestro interlocutor siente que lo tratamos con respeto, con calidez, él nos responderá de la misma manera. Entonces, ¿cómo tenemos que comunicarnos para que la otra persona sienta que de verdad nos importa?

Desde Amagi queremos compartir contigo una serie de premisas para aprender a comunicar de manera no violenta. En este artículo te invitamos a hacer una reflexión sobre algunos conceptos que en nuestra cultura se consideran negativos y que nos predisponen a generar violencia en las conversaciones.

Empecemos por la concepción negativa que tenemos en nuestra cultura sobre el conflicto. Esta concepción es cuanto menos ingenua, porque no hay dos seres humanos iguales. A esto tenemos que añadir que cada uno nos relacionamos con las cosas y con las personas desde nuestra propia historia y nuestro entorno cultural, social y económico. Al ser cada individuo diferente de los demás y, además, basarnos en unas referencias diferentes, una misma situación puede verse de tantas maneras como personas hay. Lo normal es la diversidad de opiniones, y eso no es malo, pero no estamos educados para afrontar el conflicto de forma positiva.

Para relacionarnos con los demás es necesario establecer unos límites, porque no significa que queramos cambiar al otro: lo importante es aprender cómo establecerlos. La Comunicación no violenta nos enseña a poner límites porque lo importante es saber ponerlos desde el cariño y en el momento en que hay que hacerlo. Si tomamos como ejemplo a un niño, le ponemos límites y estos son buenos para su desarrollo.

Hacer sentir al otro que nos importa no quiere decir que tengamos que decir a todo que sí aun no estando de acuerdo. Conseguiremos no frustrar al otro, pero iremos en contra de nosotros mismos. El objetivo no es mantener una relación a costa de lo que sea, consiste en resolver la situación sabiendo que lo hacemos y que lo hacemos de la mejor manera posible.

La comunicación no violenta tampoco significa mantener una actitud plana, sin alterarnos durante todo el tiempo, se trata de un proceso de responsabilidad y autenticidad.

En los siguientes artículos sobre Comunicación no violenta aprenderemos a resolver situaciones sin exigir nada a los demás y, al mismo tiempo, sin anularnos a nosotros mismos cuidando a la otra persona. Para ello partiremos del propio concepto de persona.

Estate atento porque a comunicar de manera no violenta también se aprende.

Isabel Juárez